La enfermedad de estar siempre ocupado

Se fuerza la máquina de noche y de día.

Y el cantante con los músicos se juegan la vida.
Silvina Garré

¿Quién es la máquina?

¿Cómo se fuerza?

¿Vale la pena?

Somos una sociedad que anda a las apuradas, como si correr fuera sagrado. Corremos de un lado a otro como si nos escapáramos de algo, y consideramos que los momentos de descanso o de silencio son simplemente una pérdida de tiempo. El parar no tiene nada que ver con ser haragán o con derrochar tiempo. Es una parte muy importante de nuestras vidas.

El arte de parar

Parar es hacer nada, tanto como se pueda, durante un momento o varios días, y el propósito es despertarnos, recordar quiénes somos y qué queremos hacer con nuestra vida.

Parar es pasar tiempo sin nada específico para hacer. Puede ser algunos segundos, algunas horas, un día entero, un fin de semana, un mes o mucho más. ¿Qué se hace en esos momentos? Nada. Simplemente se es, se respira, se camina, se sienta, se da vueltas, se mira por la ventana, se observa, se sueña, se descansa, se toma un vaso de agua, se queda quieto, se sonríe, se elonga. La lista no tiene límites, solo la falta de comodidad en ese tiempo de nada.

Hace solo algunos años, el tiempo para hacer nada solía ser muy habitual en la vida humana. Simplemente ocurría: esos espacios entre los eventos de la vida: el camino al trabajo o al colegio, horas en los campos con mucho tiempo para pensar, momentos silenciosos esperando que el agua hirviera, que entrara en calor la radio, o que parara la lluvia. Triste y trágicamente, estos momentos para detenernos, estos momentos de silencio, ya casi no existen. Y si se nos cruza alguno, nuestra tendencia inmediata es llenarlos con más actividad, buscar información nueva en Twitter o Facebook, contactarnos con alguien vía Whatsapp, o entretenernos  compulsivamente con algún video juego.

Quizás esto tenga que ver con los tiempos que cambian y con nuestra vida moderna. Lo que olvidamos es que este tipo de momentos es quizás la fuente mejor y más rica de significado y creatividad, porque durante esos momentos, horas y días, nos volvemos conscientes de lo que está sucediendo y recordamos lo que necesitamos para llenar nuestra vida de sentido.

Sin tiempo para detenernos, nuestras almas se duermen, se distraen, y nos olvidamos de lo que es importante para nosotros. Cuando estamos demasiado llenos de actividad, nuestra mente está tan atiborrada de cosas, que estamos lejos del estado de creatividad y energía necesaria para comenzar algún proyecto personal o de negocios. Eso nos va a llevar al fracaso sin excepción. Si vivimos así, nos estamos arriesgando a levantarnos una mañana gris y fría cuando ya creemos que somos demasiado viejos para cambiar y nos damos cuenta de que nos perdimos la vida que queríamos.

La idea de parar es muy simple de entender. Hacer nada no es un concepto difícil. El gran desafío es cambiar algunas cosas en la rutina diaria para incluir este tipo de tiempo. En realidad, es anticultural, revolucionario o radical. También puede parecer naif, o tonto. Sí, todo esto hasta que se decida a parar un  minuto o un día. Los beneficios van a estar a la vista. Es simple, es fácil y muy disfrutable.

El parar va a hacer de su vida su vida, ya que le va a estar dedicando tiempo y cuidado. Recuerde que hacer nada no es una pérdida de tiempo. Tenemos permiso para hacer nada. El parar aumenta la eficacia. El parar nos conecta con nuestro yo verdadero, la parte que sabe quiénes somos y qué queremos hacer.

Son precisamente los silencios entre las notas musicales, los que hacen que una pieza musical realmente exista.

Ejercicio (del libro “Las seis inspiraciones”)

Aprendamos a tener momentos de detención, la forma más sencilla de parar

1.      Una opción

  • Pause un momento, quédese donde está.
  • Relaje su cuerpo lo más posible, suelte las tensiones.
  • Respire profundamente. L-e-n-t-a-m-e-n-t-e.
  • Piense en algo o en alguien que le haga sentir bien.
  • Mantenga esa imagen en su mente con los ojos cerrados durante unos segundos.

2. Otra opción

  • Deje lo que está haciendo, camine hacia una ventana, mire hacia afuera. Solo mire. Nada más.
  • Quédese quieto. Note lo que hay ante sus ojos. Nada más.
  • Deje que pase el tiempo. Unos segundos. Minutos. Pierda la noción de tiempo durante un rato. No haga nada. Que su mente pasee un rato.
  • Enfoque  en su respiración. Inhale, exhale. Ojos abiertos u ojos cerrados.

 

Puede hacer algo parecido mientras espera en el semáforo, mientras está parado en alguna fila, después de la cena si sale a dar una vuelta, mirando las estrellas, sintiendo los aromas de la noche, en el fin de semana mientras está en casa y se toma unos minutos para mirarla, para vivirla, pasearla, recorrerla, llenarla de bendiciones.

 

Un día lleno de logros

No es lo mismo estar ocupado todo el tiempo, lleno de actividad, que estar logrando cosas. Para capitalizar el tiempo, no es necesario hacer cosas sin parar, sino usar el tiempo inteligentemente.

Para poder hacerlo es esencial  saber qué es lo que quiere o tiene que hacer. Pensar si el día va a alcanzar para eso o no. Y segundo, imaginar cómo se va a sentir cuando lo haya terminado.

No todos los días son iguales, por eso, unos minutos a la noche anterior o a la mañana para orientar la mente y declarar una intención son una gran ayuda.

Como cada persona es diferente, no se puede dar una receta infalible de cómo sería un día lleno de logros. Una buena idea es hacernos estas preguntas:

¿Qué es lo más importante para mí en esta etapa de mi vida?

¿Dónde soy necesario, y dónde no?

¿Qué cosas dependen de mí y cuáles no?

¿Qué cosas me daría una gran satisfacción terminar cada día de esta semana?

¿Cuándo puedo tener un encuentro íntimo conmigo mismo para volver a definir estas cuestiones, para actualizarlas y volver a reflexionar sobre ellas?

 

Estas preguntas ayudan a pensar en nuestras prioridades y a gestionar mejor el tiempo. Al contestar estas preguntas cada semana, cada insight contribuirá  a que sus días estén llenos de pequeños grandes logros.

La combinación de los momentos de silencio y descanso, la renuncia a la prisa innecesaria, y el foco a través de las preguntas para definir prioridades va a nutrir el  compromiso claro con usted mismo, y lo ayudarán a mantenerse constante y a evaluar si lo que está haciendo es realmente lo que elige estar haciendo.

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *